Sudamerica y Europa en moto: Berchtesgaden (El Nido del Aguila)

Salimos con lluvia de la Casa de Walter y todo el viaje fue asi...curvas y mas curvas, Selva y gran memorias en mis pupilas.

.La ciudad de Berchtesgaden se encuentra en la ruta de los Alpes alemanes cerca de la frontera con Austria. Aquí se encuentra el Parque Nacional de Berchtesgaden, que protege el lago Königssee y las montañas circundantes.

Gran Hostel lleno de niños nos recibió, algo alejado al pueblo, todas las ventanas abiertas un frio teníamos jajajja....me trataban como un chico mas, a las 22 hs ya no había internet ni estar caminando en el salón...............parecía algo asi como estar en el ejercito!!! Fuimos con paraguas al pueblo hermoso, donde había un cementerio dentro de la pequeña ciudad, muy linda por cierto, entre subidas y bajadas, tome una sopa de verduras por el frio en un precioso restaurante...compramos los salames mas caros del mundo creo, aquí todo era mas caro que en todo Alemania..

y recorriendo el pequeño pueblo de Berchtesgaden encontramos un hostel muy calido, tranquilo, comodo, frente al Rio, justo en el camino de subida al Nido del Aguila, asi que lo reservamos para tomarlo al otro dia.

Luego del terrible desayuno partimos hacia el nuevo hospedaje, guardamos las cosas y a pasear por las montañas....

El centro de Berchtesgaden, villa histórica, es la pintoresca plaza del Castillo.
A 4 km del centro, está el Obersalzberg, cuyo pico en la parte superior es una casa de campo. Era un lugar de retiro para Hitler, antes de que llegase al poder, desde entonces se convertiría en la sede del Consejo Nacional Socialista en la región. Un bombardeo aliado en 1945 destruyó la mayoría de los edificios. Parte de los últimos vestigios se encuentran em un centro de documentación sobre la historia del Nacional Socialismo.

NIDO DEL AGUILA:

Tunel:
Hacia el salón de té, conocido como “nido de águila“, construido en una colina del Kehlstein. Se le regaló a Hitler por su 50 aniversario con el Partido Obrero Alemán Nacional Socialista. Se llega por un camino vertiginoso y, a continuación, a través de un ascensor para subir los últimos cien metros que nos separa de la cumbre. Desde allí, disfrutamos de una panorámica magnífica.